Me gustaría empezar esta nueva etapa explicándoos el por qué de este cambio de nombre e imagen, porque no es solo un nombre.
Los Ojos Chiribitas nació en el 2011, cuando yo no me podía ni imaginar a dónde nos llevaría, y simplemente quería un nombre divertido bajo el que hacer flores y complementos varios en mi tiempo libre. Siempre me han gustado las manualidades, cuando era pequeña hacía punto de cruz o me sentaba con mi abuela que siempre estaba bordando petit point. Mis amigas del colegio mayor siempre me recuerdan con mi caja de abalorios y pedrería a cuestas. Es verdad que nunca he sabido estar sentada sin hacer nada, cuando veía una peli o la típica serie después de cenar, tenía que estar haciendo algo con las manos.
Y de todo eso nació Los Ojos Chiribitas, del “-¿me haces una flor como esa que llevas tu?-“, o “-yo quiero un anillo como ese, ¿los vendes?- , hasta el “-me han dicho que hay una chica que hace tocados-“. Todo eso fue evolucionando hasta convertirse en mi único trabajo. Dejé todo lo demás, o me dejó a mí, y encontré mi camino.
De eso hace ya mucho, y tras aguantar el tirón incluso con una pandemia mundial de por medio (que hemos tenido que aguantar sin poder trabajar durante casi dos años), hoy somos una empresa con 3 trabajadores. Sois cientos las novias e invitadas que habéis pasado por nuestras manos, y nos habéis hecho crecer tanto, que hemos necesitado sentarnos a replantearnos todo.
Porque aunque me encantaría, no hay horas en el día para poder hacer todo lo que quisiera yo sola. He aprendido muchísimo en todo este tiempo, tanto del oficio, ya que siempre estamos en continua formación, como de la parte más empresarial del proyecto, gracias al programa de mentorización de empresas de moda del Ayuntamiento de Oviedo, donde he tenido la gran oportunidad de trabajar mano a mano con grandes profesionales y tener el siempre acertado consejo de mi mentor, Héctor Jareño, al que siempre estaré eternamente agradecida.
De todas estas reflexiones nace Larrier Studio, un paso adelante con valentía, una marca trabajada desde los cimientos con la que me identifico plenamente y que representa exactamente lo que somos: una marca pensada para mujeres pasionales y fuertes, que no renuncian al romanticismo sin dejar de ser ellas mismas. Mujeres versátiles, que no tienen miedo a reconocer que un día pueden sentirse vulnerables y necesitan una dosis extra de ayuda para volver a sentirse poderosas, mujeres espontáneas y cero snobs, comprometidas y por qué no, presumidas. Que, sin renunciar a ser dueñas de su destino, sueñan con ser protagonistas de su propia historia.
En Larrier Studio vivimos la vida con pasión, deseo y amor. El mismo amor que ponemos en cada pieza que sale de nuestro taller, hechas de manera artesanal. La pasión con la que nos esforzamos
por cumplir los sueños y deseos de nuestras clientas sean cual sean sus necesidades.
Nuestro objetivo es ayudarte para que en los momentos más especiales de tu vida, te sientas única, segura, bella y poderosa. Queremos formar parte de tus recuerdos.
Nos gusta escuchar y transmitir seguridad, la que nos da la experiencia y los años acompañando mujeres en los días más importantes de sus vidas.
Nadie trabaja la porcelana como nosotras, nuestro aprendizaje es continuo y nuestras piezas se caracterizan por un trabajo exquisito con acabados perfectos; en los detalles no tenemos freno.
Somos expertas en crear piezas únicas, y en guiar y asesorar a nuestras clientas para materializar sus sueños. Nos gustan los retos, experimentar y diseñar piezas que sacan la mejor versión de
una misma y que te hacen los ojos chiribitas cada vez que las vuelves a llevar.
Este es nuestro universo, el universo Larrier, ¿te vienes?
P.D.: no puedo desaprovechar esta oportunidad de darle las gracias a María, de Valeriana Estudio, que me ha escuchado horas y horas para entender lo que había dentro de mi cabeza y las necesidades que teníamos como empresa y ha sabido plasmar este universo como nadie, para que me vuelva a enamorar como nunca de mi trabajo, y que vosotras, espero, os enamoréis también.
Y gracias a Bego, mi hermana, aliada, y socia en este proyecto desde sus inicios, siempre en la sombra, pero apoyando y animando sin desfallecer ni quejarse. Eres parte imprescindible de este proyecto, que existe y es así de bonito gracias a ti. Te quiero.
