Mi boda (parte I)

Después de varios meses, creo que por fin tengo la distancia necesaria para sentarme a contaros tranquilamente cómo fue nuestra boda. Y es que para mí emocionalmente ha sido algo arrollador que me ha costado asimilar.

Futuras novias, preparaos para vivir los meses más intensos de vuestra vida (sobre todo si sois Personas Altamente Sensibles).

Si tuviera que destacar dos figuras para que todo saliera maravilloso y yo pudiera vivirlo lo más conscientemente posible serían: Marta, mi wedding planner (Vintage Bodas) y Vero, mi terapeuta (Verónica Díaz Aznar). Sin ellas creo que no habría llegado cuerda a la boda y no habría sido capaz de asimilar todas las emociones que vivimos ese día.

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Nosotros nos prometimos en noviembre de 2019, en enero del 2020 cerramos el sitio, maquillaje, peluquería, foto, música y todo lo fundamental. Nuestra primera fecha era 28 de agosto de 2021. Pero llegó la pandemia, perdimos la temporada al no poder celebrarse eventos, y cuando en octubre de 2020 tuve que plantearme si empezaba con el vestido o aplazábamos, decidimos aplazar. Lo consultamos con todos nuestros proveedores, y decidimos dejarlo para 2022. Todo esto lo explico por la carga emocional. Cuando te pasas dos años planificando una boda, te da tiempo a darle tantas vueltas a todo que es fácil perder la cabeza.

Dicho esto, Guillermo y yo nos casamos el pasado 3 de septiembre a las 18.30h ( puede que la novia llegara 10 minutos tarde) en el Roblón de Castiello, Gijón. Hizo un día soleado, perfecto, y celebramos allí mismo la ceremonia civil rodeados de nuestra familia y amigos.

Pero volvamos al principio. Yo tenía pensado cogerme vacaciones desde el lunes antes de la boda, pero al final la carga de trabajo no me lo permitió, así que hasta el viernes no me fui a Villaviciosa, a la casa familiar. Lo que sí había hecho, siendo previsora, fue reservar sesión de manicura y pedicura para mis hermanas y para mí el viernes por la mañana. Os lo recomiendo muchísimo. Fue un momento de chicas muy guay que me sirvió para relajarme un poco. A mí además me hicieron radiofrecuencia en la cara para ir reluciente. Por la tarde ya nos fuimos a casa y por la noche salimos a tomar un vino con los amigos que habían venido para el evento y los de casa.

El sábado estaba feliz y bastante tranquila. Me fui a desayunar con amigos a una terraza y después a hacer recados varios con mi hermana, hasta que a mediodía comenzamos los preparativos.

Yo tenía muy claro que no quería vestirme en mi casa. Somos cinco hermanos, con parejas e hijos (algunos) y sabía que me iba a poner mucho más nerviosa con tanta gente alrededor. Tengo unos grandes amigos que tienen una casa maravillosa a las afueras de Villaviciosa y que me dejaron para hacer allí los preparativos con mis hermanas. Nos fuimos las tres a que Silvia (Personal Shopper Asturias) y Ana (Las horquillas de Anita) nos dejaran divinas. Por supuesto, elegí el kimono Tokio de nuestra propia marca, Cokandco, que combiné con el camisón blanco Oporto. (Los tenéis en la web)

Qué importante es estar acompañada, en esos momentos de nervios, de personas que te transmiten tanta paz, tanto cariño, tanta tranquilidad. Los preparativos los recuerdo con muchísimo amor, fue el momento más consciente de todo el día. Estaba tranquila, sabía que todo iba a salir perfecto, que tenía los mejores proveedores, y que no tenía que preocuparme por nada.

Mientras nos arreglábamos llegaron Marina, de M2visual Studio y responsable de todas estas fotos tan maravillosas; Milo, de Perspective Studio, que me tiene en ascuas porque aún no tenemos el video, y es que la temporada pasada fue too much para todos los que nos dedicamos a las bodas. Y también vino mi querida Patricia Zaragoza, diseñadora de mi vestido, que creo que se merece un post a parte para contaros cómo es el proceso de hacerse un vestido a medida.

Recuerdo que estaba tan feliz cuando me vestí, que mientras me hacían fotos y llegaban el resto de mis hermanos para hacernos los retratos de familia, yo solo quería llegar a la ceremonia y que me viera todo el mundo. Me sentía poderosa una vez que me puse la corona, y eso es lo que intento que sintáis vosotras cuando os ponéis en mis manos.

Mis sandalias me las hicieron a medida en Ana Faustino Atelier. Tenía claro que quería una sandalia cómoda, de tacón ancho y doradas, pero me costó muchísimo encontrar un modelo sin pulsera, que a mí no me favorece nada. Cuando encontré el modelo Angelina de Ana Faustino sabía que era lo que buscaba. Hablé con ellas y me dejaron personalizar todo: la piel en dorado, el tacón glitter y la altura del tacón. Trabajamos a distancia sin problemas y tengo unas sandalias para siempre comodísimas que me voy a poner muchísimo.

Los pendientes, obviamente, me los hice yo.

Mi ramo maravilloso me lo hicieron en Pando Floristas y qué os voy a decir, que para mí era el ramo más bonito de la historia.

Guillermo se vistió en el hotel con su hermana y sus padres.

La ceremonia en el Roblón estuvo oficiada por Elena, de Más que Eventos. Fue super divertida y emotiva, ya que intervinieron varios amigos y nuestros hermanos. Yo hice la primera parte del paseo con mis cuatro hermanos y la última ya con mi padre, era algo que tenía muy claro. Me apetecía tener ese momento de verme acompañada por ellos en un día tan importante. También realizamos el Handfasting o ceremonia de la unión de manos, un rito celta según el cual las parejas juntan sus manos con un vistoso lazo o cuerda como símbolo de su amor eterno. Los antiguos celtas creían que no era solo una ceremonia en la que se unían para siempre dos personas físicas, sino dos almas que, tras buscarse en el tiempo, se encontraban al fin para convertirse en una sola. 

Mis sobrinos fueron los encargados de los anillos, tarea que cumplieron con una gran responsabilidad. Para el vestido de Iria fui a ver a mi amiga Gema, de Froky, y le hicimos a medida un vestido blanco sencillo pero ideal y una capita a juego en rosa viejo. Además, yo le hice esa maxicorona de flores en tonos rosas y no podía estar más preciosa.

También quise tener un lugar especial para mi madre. Al entrar, le dejé un su silla varias flores de mi ramo.

El precioso cartel me lo hicieron los chicos de Mintropia, a los que también encargamos los marcasitios para las mesas.

Toda la decoración estuvo a cargo de Vintage Bodas, y fue exactamente lo que yo quería y mucho más. No tengo palabras para agradecerle a Marta y su equipo lo mucho que trabajaron y nos ayudaron para que todo fuera perfecto y estuviera cuidado hasta el más mínimo detalle.

Y hasta aquí esta primera parte de la boda con los preparativos y la ceremonia. Teníamos muy claro que queríamos una ceremonia muy cercana, para disfrutar con nuestra familia y con amigos. No queríamos nada encorsetado y protocolario. Todo fue precioso y como habíamos imaginado, que es lo más importante, y la disfrutamos muchísimo tanto nosotros como nuestros invitados.

Pero todavía no habéis visto nada. El comedor estaba de ensueño y el fiestón que nos pegamos con Pequeño Club y Okka Dj fue increíble, pero eso lo dejamos para la segunda parte la semana que viene, que hay mucho que contar.

Besos,

Lucía.

P.D.: haz la boda que quieras hacer, y olvídate de lo que se espera o lo que deberías. Y sé el tipo de novia que tú quieras ser, independientemente de las modas o los protocolos. Siempre sé tú misma. Y siéntete poderosa. Es la mejor sensación del mundo.

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